sábado, 23 de noviembre de 2013

Ludopatía


El juego patológico es una Enfermedad que crea Dependencia y Adicción, aunque sin existir sustancia.


Como el resto de la adicciones la principal característica es la negación de la existencia del problema en aquellos que lo padecen, incluso en sus mismas familias.

Es una adicción que afecta a los mecanismos de autocontrol o de control de impulsos. 

Este tipo de trastorno provoca un gran sufrimiento en el que lo padece, y en su entorno familiar y social.

Las características del ludópata, serían las siguientes:

  • Tiene obsesión por jugar y conseguir dinero para seguir jugando.
  • Juega más cantidad de dinero o durante más tiempo que tenía planeado.
  • Tiene la necesidad de aumentar la frecuencia de la apuesta para conseguir la excitación.
  • Irritabilidad e intranquilidad cuando no puede jugar.
  • Pérdida repetida de dinero en el juego, y regreso al día siguiente para intentar recuperarlo.
  • Sacrifica cualquier obligación familiar, social o laboral, para seguir jugando.
  • Repetidos intentos de dejar de jugar.

Como cualquier otra adicción cumple los requisitos para tal:

  • Tolerancia. El adicto comienza jugando unas ciertas cantidades y cierto tiempo, y cada vez le es más necesario jugar más a menudo y mucho más dinero.
  • Dependencia. Llega a perder el control de sus conductas, y todo en su vida gira alrededor del juego.
  • Abstinencia. Si deja de jugar sufre una serie de síntomas psicológicos (ansiedad, inquietud, irritabilidad...) y físicos (palpitaciones, perdida de apetito etc).

Todos estos, nos lleva a unas consecuencias que afectan a los entornos individual, familiar, social y laboral:

  • El descontrol progresivo y los gastos desmesurados de dinero llevan a graves problemas económicos que influyen directamente en las relaciones entre los miembros de la familia y su modo de vida.
  • En el área social, hay un aislamiento y un grave deterioro de las relaciones sociales, debido a las frecuentes mentiras para tratar de encubrir la adicción, la imposibilidad de devolver grandes cantidades de dinero a amigos y familiares, así como el hábito creado de frecuentar círculos relacionados con el juego.
  • En el área laboral se da una notable disminución del rendimiento, falta de concentración, absentismo laboral e incluso la pérdida del puesto de trabajo.
  • Con respecto a la persona, es decir, al adicto, se dan una serie de consecuencias asociadas al juego, como pueden ser: sentimientos de culpa, inestabilidad emocional, refugio en la bebida, etc.


El ludópata se recupera porque responde física y mentalmente, porque no siente la angustia del juego, porque recupera la relación familiar, la autoestima y todo lo que había perdido, etc., se ha curado completamente de las complicaciones del juego y vuelve a ser un hombre feliz. Pero por otra lado, el ludópata no se curará nunca. Nunca podrá volver a jugar, porque en el caso de que vuelva a jugar, esa adicción volverá a producir las mismas complicaciones que antes, incluso peores.

El primer paso, tiene que ser el deseo consciente de curarse. El ludópata ha de saber que el único camino es no volver a jugar nunca más.

Y por último, saber que es para siempre, no caigamos en la falsedad de que algún día podremos "jugar como los demás", porque se encontrará con la desagradable sorpresa, y con mucho dolor "Que sigue siendo igual de ludópata que antes".

Por eso, no hay tiempo para el proceso de rehabilitación, la rehabilitación del adicto dura siempre, no necesitaremos medicamentos, pero si las terapias de grupo, las cuales nos ayudaran a seguir en el camino de "no jugar más".

El ludópata que deja de jugar, nunca es igual que si no hubiera sido ludópata jamás. Aunque parezca mentira, es mucho mejor porque es un hombre que ha descendido al infierno, y ha conquistado luego su propio paraíso.

Comparativa entre la dependencia de sustancias psicoactivas y la dependencia del juego, recogida del libro El Juego Patológico de Ochoa y Labrador (1994, pág. 37):




TIPOS DE JUGADORES

A lo largo del tiempo se ha clasificado a las personas que juegan en varios tipos: jugadores sociales, jugadores problemas, jugadores patológicos (ludópatas) y jugadores profesionales (Ochoa y Labrador 1994).

El Jugador Social

Es aquella persona que juega por placer, dedica una cantidad de dinero asumible según sus posibilidades y establecida previamente. Suele jugar entre amigos y compañeros dedicándole un tiempo limitado. Inicia y finaliza el juego cuando lo desea, sin crearle malestar el interrumpirlo o no jugar. El juego no ocupa en su mente más tiempo de lo que lo haría cualquier otra actividad recreativa saludable y no ha producido problemas económicos, personales, familiares, laborales o sociales, ni ha tenido que mentir sobre su actividad de juego.

El Jugador Profesional

Se dedica al juego para ganar dinero. No tiene implicación emocional en las apuestas, dado que hace aquellas que son estadísticamente más probables, para lo que ha realizado un estudio probabilístico. Se suelen dar en casinos donde determinados errores mecánicos crean más probabilidades (p. ej., ruleta con un pequeño error en la calibración); si se dan en cartas utilizan procedimientos para alterar el normal funcio- namiento de las partidas.

El Jugador Problema

Conducta de juego tan frecuente que por el gasto, en algunas ocasiones, crea proble- mas económicos. Dedica al juego partidas presupuestarias familiares importantes cuan- do podrían ir destinadas a gastos ocasionales familiares o a inversiones. Tiene menor control de la conducta de juego que el jugador social, pero sin ser tan excesiva como el jugador patológico. El aumento de la conducta de juego le exige dedicar más tiempo y gastar más dinero. Tienen un riesgo importante de convertirse en Jugadores Patológicos.

El Jugador Patológico. Ludópata

Se caracteriza por una dependencia emocional del juego, una pérdida de control respecto a éste y una interferencia con el funcionamiento normal de la vida cotidiana (Echeburúa y Báez, 1991).



SES
Dr. D. Rafael Llopis Paret

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